Mucho se ha escrito, desde el famoso "Yo amo a Laura" de la MTV, sobre las pautas que explican la efectividad de un vídeo viral. De todo cuando se dice, parece claro que lo más importante no es una buena planificación en redes sociales, ni contar con importantes celebrities, ni siquiera ser amigo de Mark Zuckerberg. Ante todo y después de todo, el verdadero éxito es la idea. Unas veces, como en este ejemplo, apoyada por una producción espectacular. Otras veces, todo lo contrario. Pero por encima de la importancia de contar con prescriptores que hagan de trampolín (blogueros, influencers, celebrities...) está la "cojoidea". Y por supuesto, el atrevimiento, la voluntad del cliente, el que manda en todo esto, quien tendrá que confiar en la agencia y asumir la sospecha de que la idea que se tiene entre manos tiene tal potencialidad que una vez encendida la chispa ya no habrá quien pare la traca.
Un ejemplo más es esta campaña de Shiseido, una marca de cosmética que está revolucionando la red...con un vídeo con una producción brutal que lo explica todo...
Aquí un ejemplo de todo lo contrario, una idea que se hizo viral con un vídeo de bajo presupuesto...